Los organismos vivos están compuestos de células
“ Hooke fue el primer hombre en observar las partes más pequeñas de un tejido, este científico no pudo aportar mucha más información a sus investigaciones, debido a que los medios que se utilizaban durante su época no eran lo suficientemente avanzados como para poder estudiar en profundidad las células. ”
La estructura interna de los organismos vivos es muy intrincada y se compone de partes individuales muy pequeñas. Algunos órganos, como el riñón y el ojo, son fácilmente visibles. Al diseccionarlos podemos ver que los órganos grandes están hechos de diferentes tejidos, pero hasta que se inventaron los microscopios no se descubrió nada o casi nada acerca de la estructura de los tejidos. «A partir del siglo XVII, los biólogos examinaron tejidos de plantas y animales utilizando microscopios. Aunque había muchas variaciones, algunas estructuras aparecían una y otra vez. Se desarrolló una teoría para explicar estas estructuras básicas: la teoría celular. Esta teoría establece que todos los organismos vivos están constituidos por células. Los organismos más pequeños son unicelulares, es decir, están compuestos de una sola célula. Los organismos más grandes son multicelulares o, lo que es lo mismo, están compuestos de numerosas células.» (Oxford, 2015)
Las células varían considerablemente en tamaño y forma, pero tienen ciertas características comunes:
Cada célula viva está rodeada de una membrana que separa el contenido de la célula de todo lo que hay fuera de esta.
Las células contienen material genético que almacena todas las instrucciones necesarias para las actividades de la célula.
Muchas de estas actividades son reacciones químicas catalizadas por enzimas producidas en el interior de la célula.
Las células tienen su propio sistema de producción de energía que sustenta todas las actividades de la célula.
Así, podemos considerar que las células son las estructuras vivas más pequeñas; nada más pequeño puede sobrevivir.
BIBLIOGRAFÍA:
Oxford. (2015). La teoría celular. En A. Allott, Biologia de Oxford (pág. 2). Reino Unido: Oxford University Press.
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